No solo el sol afecta la piel. Conoce los efectos de la “luz fría” y cómo cuidar tu piel en la oficina.

La intensidad de la radiación ultravioleta es indudablemente mucho mayor en el entorno externo. Pero también penetra a través de los cristales de las ventanas, permitiendo que los rayos UVA y UVB invadan el lugar. Esto aumenta la posibilidad de daños como la aparición de marcas de expresión, flacidez facial y, en casos más graves, cáncer de piel.
Otro gran villano en la oficina o incluso en interiores es la luz artificial. Las lámparas fluorescentes, o la llamada "luz fría", emiten una luminosidad que es compatible con la luz natural diaria y, por lo tanto, también afecta los rayos UVA y UVB. Aunque la intensidad de los rayos es menor en comparación con la exposición al sol, también puede inducir una pigmentación alterada de la piel.
Vamos al punto de tu cuidado:
Los rayos UVA pueden provocar un envejecimiento prematuro de tu piel en forma de arrugas o manchas. Incluso una exposición solar razonable puede tener consecuencias cosméticas, ya que en todos los casos acelera el envejecimiento prematuro de la piel. Las pieles dañadas por el sol presentan pequeñas arrugas, piel flácida, con un aspecto que recuerda al cuero, piel áspera, seca, amarillenta o con manchas. El efecto se llama “fotoenvejecimiento”.
Estamos expuestos a los rayos UVA incluso dentro de nuestros coches y detrás de los cristales traseros, puesto que los cristales no paran los rayos UVA. No podemos ver los rayos UVA y por lo tanto es muy importante asegurarnos de que la protección solar que utilicemos nos proteja adecuadamente contra los rayos UVA.
Los rayos UVB son más fuertes y por consiguiente son la causa principal de las quemaduras solares y el cáncer de piel, pero los cristales consiguen pararlos. Los rayos UVB son responsables de las quemaduras solares y tiene un papel esencial en el desarrollo del cáncer de piel. Con anterioridad al año 2006, las protecciones solares protegían principalmente contra los rayos UVB.
No se pueden prevenir los rayos UVA y UVB. En cambio, sí es posible reducir sus efectos. Cuando se compara una piel que ha sido protegida a la exposición solar y una piel que se ha quemado durante años, la diferencia es asombrosa.
Así actúa el daño por “luz fría”:
Aunque la luz ultravioleta daña directamente el ADN de las células, la luz azul destruye el colágeno mediante el estrés oxidativo. Un químico en la piel llamado flavina absorbe la luz azul. La reacción que tiene lugar durante la absorción produce moléculas inestables de oxígeno (radicales libres) que dañan la piel.... “entran y básicamente hacen agujeros en tu colágeno”.
La exposición a la luz azul es más problemática para la tez oscura. En un estudio de 2010 publicado en The Journal of Investigative Dermatology, se mostró que causa hiperpigmentación en las pieles de tono medio a oscuro, mientras que deja la tez más clara relativamente intacta.
La comunidad médica clasifica el color de la piel con base en la manera en que reacciona a la luz UV. El tipo 1 es el color más claro con la mayor sensibilidad UV. La escala llega al tipo 6, que es la tez más oscura y con menos probabilidades de quemarse.
En estudios al respecto, a piel tipo 2 fue expuesta a la luz azul, pero no desarrolló pigmentación. La piel de color oscureció, y ese oscurecimiento continuó durante un par de semanas.
Hay algo en la pigmentación de los tipos 4, 5 y 6 que reacciona de manera distinta que en pacientes con piel clara”, dijo Avram (Médico encargado de la Investigación). “Debería haber más estudios a gran escala que analicen este problema porque la pigmentación es una de las preocupaciones más grandes que tienen los pacientes y el síntoma cuyo tratamiento genera menos satisfacción”.
Las teorías no son pocas y no queremos asustarte con conspiraciones, pero es importante que reduzcas de forma consciente tu exposición a fuentes de luz y radiación y hacer pausas y tomar las medidas necesarias para que tu salud no se vea afectada por este fenómeno tan común en el mundo moderno.
Pronto seguiremos profundizando en estas y otras nuevas “afecciones” asociadas con nuestra actividad del mundo moderno.
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SALUD & BIENESTAR